¿Accesibilidad universal o capacidad de adaptación?

Cada 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una fecha que invita a reflexionar sobre cómo está construido nuestro mundo… y para quién está realmente pensado. Este 2025 el lema de la ONU es “Fomentar sociedades inclusivas de la discapacidad para avanzar en el progreso social”.

Al hablar de sociedades inclusivas siempre pienso en lo que para mí es lo más básico, la accesibilidad universal. Rampas, señalización, transporte adaptado, tecnología inclusiva, espacios sin barreras. Si echamos la vista atrás, sí que se ha avanzado: existen leyes y normativas que regulan la accesibilidad universal y cada vez son más las ciudades, empresas y servicios que integran mejoras para que todos podamos participar en igualdad de condiciones. Edificios sin barreras arquitectónicas, tecnología al servicio de la inclusión, asistencia en trasporte público, etc.

 

Pero incluso con esas mejoras, la realidad del día a día es mucho más cruda: el mundo aún no está diseñado para todos. Hay aceras impracticables, rampas que comienzan con un escalón, trámites inaccesibles, espacios reservados mal ubicados y un largo etcétera que solo conocemos quienes lo vivimos. Y justo aquí aparece la capacidad de adaptación:
Capacidad de que desarrollamos las personas con discapacidad, cuando el entorno no acompaña.

Adaptarse no es una elección, es una necesidad

Cuando la accesibilidad falla, las personas con discapacidad que podemos, buscamos alternativas, experimentamos, resolvemos. Y quienes no pueden buscar alternativas para adaptarse se fastidian y quedan excluidos.
La sociedad suele admirar esta capacidad de adaptación y a veces se etiqueta como “superación”. Pero la verdad es más sencilla: no es superación, es supervivencia.

Las personas con discapacidad —y nuestras familias— aprendemos a adaptarnos… ¡Porque no queda otra! Y esa habilidad, que nace de la necesidad, acaba convirtiéndose en una forma de vida; hacer posible lo que es complicado.

Accesibilidad + adaptación: dos fuerzas que deben convivir

La accesibilidad universal no es un lujo ni una concesión: es un derecho.
Y la capacidad de adaptación no debería ser un plan B permanente: es un recurso valioso, pero no debe sustituir al entorno accesible que como sociedad debemos construir. Cuando ambas fuerzas se unen —un entorno que facilita, y una persona que aporta iniciativa, resiliencia y creatividad— entonces aparece lo mejor; autonomía, participación real, igualdad de oportunidades.

¿Y qué podemos hacer como sociedad?

  • Dar ejemplo desde las administraciones públicas promoviendo y mejorando la accesibilidad universal.
  • Diseñar con empatía y pensando como un lugar, evento o trámite puede ser accesible en igualdad de condiciones.
  • Haciéndonos partícipes a las personas con discapacidad, en las cuestiones relacionadas con la inclusión en la sociedad.

 

A lo largo de mi vida, tanto en lo personal como en lo deportivo, he tenido que adaptarme a escenarios que no estaban hechos para mí. Piscinas, hoteles, eventos… Y aunque la adaptación me ha dado herramientas valiosas, también me ha mostrado algo claro: no quiero un mundo donde tengamos que ser expertos en adaptarnos; quiero un mundo pensado para todos desde el principio.

Este 3 de Diciembre no solo reivindico la accesibilidad universal. Reivindico empatía, respeto e inclusión real para seguir mejorando nuestra participación en la sociedad.

Y mientras esto llega, lo que toca es adaptarnos. Y quien no pueda adaptarse, se jode y se queda fuera.

Miguel Ángel Martínez Tajuelo.

La planificación: una herramienta clave para la vida y para la empresa.

Si el mes pasado hablamos sobre volver a la rutina con energía, este mes toca mirar hacia adelante y organizar lo que viene. Las empresas lo hacen cada año: revisan objetivos, ajustan estrategias, planifican recursos y deciden a dónde quieren ir. Pero la planificación no es solo algo “de oficina”. Es una herramienta poderosa para la vida diaria de las personas.

A lo largo de mi carrera deportiva, he aprendido que planificar no es controlarlo todo, sino dar dirección y crear claridad. Y esto sirve igual para un equipo de trabajo que para una familia, un estudiante o cualquier persona que quiere avanzar con sentido.

¿Por qué la planificación es tan importante?

👉 Aporta claridad y reduce el estrés:

Cuando planificamos empezamos a actuar con intención, sabemos qué queremos conseguir y qué pasos necesitamos dar. Además nos da tranquilidad ya que en el deporte y en la empresa, saber que toca cada día ayuda a centrar la energía.

👉 Facilita la toma de decisiones:

Cuando tienes claro tu objetivo, decidir es mucho más fácil. Si tu plan está bien definido, sabes qué oportunidades encajan contigo… y cuáles no.

👉 Te hace más eficiente:

Con un plan, dejas de apagar incendios y empiezas a prevenirlos. No haces más cosas, sino, que haces mejor las cosas que importan.

 

¿Qué podemos aprender de la planificación deportiva para aplicarlo en la empresa y en la vida?

La planificación en deporte tiene fases claras:

  • Objetivo
  • Plazos
  • Estrategia
  • Trabajo diario
  • Revisión y ajustes

Y todas estas fases son perfectamente aplicables al mundo empresarial y al día a día de cualquier persona.

🔹 1. Define tu objetivo principal

Una empresa lo llama puede llamar “meta estratégica”. Un deportista lo llama “marca objetivo”. En tu vida puede ser: avanzar profesionalmente, mejorar tu salud, ahorrar, etc.

🔹 2. Desglósalo en pasos pequeños

Ni un nadador se prepara para unos Juegos de golpe, ni una empresa alcanza su visión en una semana. Los pasos pequeños son los que sostienen los grandes logros.

🔹 3. Reserva tiempos concretos

Si no está en tu agenda, no existe. Programa bloques de tiempo para conseguir un compromiso real.

🔹 4. Anticipa obstáculos

¿Habrá meses más complicados? ¿Más trabajo? ¿Más cansancio? Planificar implica pensar en los retos antes de que aparezcan.

🔹 5. Evalúa y ajusta

Un plan debe ser flexible. En el deporte ajustamos según sensaciones y consecución de pequeñas metas. En la empresa, según indicadores. Y en la vida, según prioridades.

 

Claves de la Planificación que me han sido de utilidad:

Tan solo necesitas tres preguntas:

🔸 1. ¿Qué quiero conseguir este mes?

Uno o dos objetivos.

🔸 2. ¿Qué puedo hacer cada semana para acercarme a ello?

Acciones pequeñas, realistas y constantes.

🔸 3. ¿Qué revisaré el último día del mes?

Para aprender, corregir y mejorar.

 

Planificar es darle intención a tu tiempo, alinear tus acciones con tus prioridades y construir el futuro que deseas con pasos concretos.

Ya sea en una empresa, en una piscina o en la vida diaria, la planificación es el puente entre lo que sueñas y lo que realmente haces. Pequeños hábitos de planificación crean grandes resultados a largo plazo.

Miguel Ángel Martínez Tajuelo. 

Volver a la rutina con energía y motivación. “Blog de Tajuelo”

Después de la competición principal de cada temporada, siempre me he tomado un tiempo para recargar pilas. Un tiempo programado dentro de mi preparación, para desconectar y descansar física y mentalmente. Para mí, el descanso es una parte de la preparación tan importante como el entrenamiento de las habilidades propias de cada deporte.

Al igual que en la vida cotidiana, el momento de retomar la rutina después de las vacaciones de verano se vive con cierta pereza, pero en realidad puede ser una gran oportunidad para renovar hábitos, fijar nuevos objetivos y empezar con fuerza una nueva etapa. ¡Octubre mes de nuevas oportunidades!

Pero… ¿Por qué cuesta tanto volver?

El cambio siempre requiere energía. Pasar de un ritmo más relajado a otro lleno de obligaciones puede generar desmotivación o incluso estrés. Lo importante es entender que esta sensación es normal y que con algunos ajustes, podemos hacer que la vuelta a la rutina sea un impulso positivo.

Mis claves para retomar la rutina con energía:

  • Define tus prioridades y organiza tu tiempo.

Pregúntate qué es realmente importante en tu vida ahora mismo. No se trata de hacer más cosas, sino de enfocarte en lo que te acerca a tus objetivos. Un calendario, una agenda o incluso una lista sencilla te ayudarán a distribuir tareas y a no sentirte desbordado. La organización es aliada de la motivación.

  • Empieza poco a poco y cuídate.

No quieras retomar todo de golpe. Recupera tus hábitos de manera progresiva para que sean sostenibles en el tiempo. Dormir bien, mantener una buena alimentación y practicar ejercicio físico son pilares básicos para afrontar el día con energía.

  • Rodéate de motivación

Escucha música que te active, comparte tiempo con personas que te inspiran y busca mensajes que te recuerden por qué haces lo que haces.

En mi opinión, la energía no aparece sola, se construye con hábitos, organización y motivación. Hoy es un buen día para empezar con un pequeño paso, que poco a poco convertiremos en logros y bienestar personal.

Miguel Ángel Martínez Tajuelo.